viernes, 4 de febrero de 2011

RIII y el mal

"Ningún animal mata para hacer el mal, los humanos sí",... pero claro! no matan para hacer el mal, porque el mal es una categoría solo reservada para lo humano: la moralidad está ausente en lo animal. Los animales no entienden de mal y bien, están bajo la férrea égida del instinto. Es la conciencia de la muerte la que le precipita en esa salida del instinto y la entrada en la voluntad, la razón, el deseo. Mucho tenemos que agradecer a la muerte, seguramente la propia vida, la propia condición de humanos.
Mata para hacer mal, pero seguramente los autores del crimen, lo hacen para hacer bien: caprichos de la moralidad y de las individualidades; mal y bien, siempre se tocan, se palpan, esa es la puta obra del Dios del Edén: precipitó a los hombres a la elección y a la prohibición de una cosa insólita: no podrás comer del árbol del bien y del mal... pero cómo iba a saberlo el pobre Adán, si desconocía tales categorías?... puesto que era puro. Pero para eso Dios le tenía reservada una baza: fue el árbol del bien  y del mal lo que le tentó a Adán, la curiosidad de ser como Dios? o la mujer  que como diferente le habilitó un deseo sexual? Qué Dios más perverso!!!

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